Desde el cierre de Megaupload, nada es como era. Mientras las plataformas e-commerce suben con éxito en todos los mercados y obtienen la tan buscada monetización, las redes sociales empiezan a ofrecer ciertas manchas en su luminoso esplendor de antaño, sembrando dudas sobre su valor real.
Ajeno a estas realidades, el editor español imagina y experimenta con el modelo de negocio a elegir: ¿Cómo transformar la audiencia en ingresos sin espantarla con muros de pago? ¿Cómo explotar la publicidad si el margen que tengo del CPM es mínimo? ¿Cómo ser creativo y competitivo? ¿Quién tuviera la varita mágica de Harry Potter para acertar a tales preguntas?
Las lecciones de Megaupload
Este año que ahora acaba empezó a lo grande. Una noticia que marca una nueva época en la historia digital. El 18 de enero de 2012, el FBI cierra Megaupload, la mayor página mundial de descargas. La conmoción en internet es inmediata. No sólo las redes sociales lo colocan como trend topic. También los medios de comunicación le destinan una gran cobertura. Por propios méritos, ocupa la primera plana durante días.
Tras este cierre mediático, tres cosas quedan claras tanto a medios profesionales como al anónimo ciudadano:
1. Internet es un gran negocio. Sólo hay que encontrar un modelo legal para hacerlo.
2. Los contenidos tienen demanda, ya sean gratis o de pago, multimedia o textos.
3. Por fin somos una aldea global. Internet 2.0 es una comunidad. Interactúan unos con otros.
Estos motivos ratifican la idea de aquellos medios que pretender migrar el lector de papel a los nuevos canales digitales.
Objetivo: la migración digital
Ahora, sumidos en plena crisis, ciertos editores se agarran a la esperanza digital como tabla de salvación. Creen que ofrecerá los ingresos que han perdido en el papel.
Desde luego, en papel el índice de lectura baja y los anunciantes huyen despavoridos. Mientras que en digital es al contrario, la audiencia sube y la publicidad también.
Pero hay un paso más allá. Quizás sea cierto lo que proponen –o avisan- ciertos gurús desde hace tiempo. El lector de papel debe migrar al nuevo entorno digital, de manera que el papel no desaparecerá, pero será complementario y con menor protagonismo. La principal vía de comunicación será digital y el papel tendrá 2 o 3 ediciones semanales que la complementen
Un nuevo modelo de comunicación
Desde hace años, decimos que nos ha tocado vivir en la Sociedad de la Información. Pero en realidad, ese nombre está anticuado, porque donde realmente estamos viviendo es en un ecosistema de comunicación, es decir, donde emisor y receptor interactúan constantemente. A veces de forma tan vertiginosa y dinámica que nos sorprende.
Esa es la gran diferencia entre el chip de prensa tradicional y el chip digital. Antes el periodista escribía y todos leían. Casi siempre sobre noticias ya sucedidas.
Ahora existe una comunicación real y fluida entre periodistas y sus seguidores. De hecho, muchos no son periodistas sino prescriptores, y sus seguidores son tratados con el mismo respeto, pues estadísticamente es muy probable que muchos sepan más que el propio autor.
Ahora estamos en Web 2.0
Lo que acabamos de explicar resulta evidente en los últimos años. Pero al principio -y aún hoy en ciertas websites obsoletas- se usaba Internet sólo en una dirección. Como si fuera equivalente al papel. Yo escribo y tú me lees. Eso se llama web 1.0. Es una manera burda, tosca y poco efectiva –y rentable- de usar Internet.
Ahora, casi todos usamos web 2.0, es decir, interactuamos unos con otros creando comunidad. Esto es válido tanto para los contenidos como para las transacciones comerciales. Es decir, lectores o compradores somos siempre consumidores. Por eso hoy día se habla tanto de Social Media o Medios Sociales. No ya redes sociales auténticas, sino en general, una socialización de todos los medios en Internet.
Dado el ritmo a que se mueve Internet, desde 2006 ciertos gurús hablan de Web 3.0, pero no existe consenso: unos hablan de web semánticas e inteligencia artificial, otros sin embargo de entornos 3D como Second Life.
Entonces, ¿qué es Internet?
Aún muchos siguen viendo a Internet como menos de lo que realmente es. Así, Pedro J. Ramírez la ve como un nuevo medio de comunicación atractivo y rentable. Juan Luis Cebrián como un nuevo canal de distribución muy masivo y barato.
Pero es mucho más. A tenor de lo expuesto, Internet no es un nuevo soporte sino un crisol, una multiplataforma que aglutina todos los formatosusados hasta ahora, sin horario y sin un modelo prevalente. Tan flexible que parece caótico, pero con grandes resultados para quien conoce sus reglas.
Internet es un constante teletipo de información, una turbina informativa que supera a las agencias de noticias 24 horas. Además ofrece los contenidos en cualquier formato, multimedia, audio, texto, infografías estáticas o animadas, etc.
La radio, la TV y la prensa se ven transcendidas por Internet. Pero también pueden sacar partido si saben adaptarse y entrar en el negocio digital. Para ello, se presentan tres tendencias.
Tres lecciones: tres tendencias
Esas tres razones que quedaron claramente de manifiesto tras el cierre de Megaupload, tienen su correlación en las tres tendencias actuales del periodismo digital:
1. Marketing social: se corresponde con la idea de comunidad. Sus objetivos son fidelizar al cliente, crear imagen de marca, conseguir más lectores y anunciantes… mediante campañas virales de gran impacto y bajo coste.
2. Periodismo de datos: se asocia a la gran demanda de contenidos. Se basa en proponer nuevos temas, ofrecer contenido personalizado. Para ello, usa herramientas de Business Intelligence y la creatividad propia del periodista.
3. Publicidad digital: hace referencia al modelo de negocio en internet. Los editores se debaten entre el gratis, de pago y el híbrido fremium. Siguen experimentando, pero en realidad, la clave del negocio es la publicidad. Por eso se centran en la medición de audiencias, las analíticas web y el e-commerce*
Estas tres tendencias marcan las estrategias digitales para los próximos años de los grandes grupos españoles de comunicación: Grupo Vocento, Grupo Unidad Editorial y Grupo Prisa. Por extensión, también marcan el camino a seguir al resto de cabeceras nacionales.